Capitulo 35

Aqui el nuevo capitulo, espero y les guste... no se cuantos capitulos aproximadamente falten pero ya no queda mucho de Deathly. Aún no estoy segura sobre la segunda parte, pero no les voy a fallar con el final. ^^
Capitulo 35
-No se porque estamos aquí- dijo Alexander
-Porque te voy a hacer un favor, al deshacernos de algunos Sheuts- dijo Lucían sonriente
-¿Y yo?- pregunto Lisange
-Bueno, tu vienes porque si Alexander venia sin ti, probablemente me hubieras hecho algún berrinche-
-Yo no hago berrinches- dijo Lisange
-Aún no amor, pero estoy seguro que si - dijo Alexander
-En este momento no me digas amor- dijo Lisange bromeando
-¿De verdad vas a matar un Sheuts?- pregunto Alexander
-vamos seria el termino correcto-
-Yo no se matar Sheuts- dijo Alexander
-Ni yo- digo Lisange
-Bueno, tampoco les voy a hacerlo puede que lo utilicen en mi contra-
-¿Entonces porque venimos?- pregunto Lisange
-Ustedes tienen que distraer, en lo que yo me hago cargo-
-¿A qué te refieres con distraer?-
-Ellos nunca viajan solos-
Beth, Adrian y Jace se iban a encontrar con ellos, en el lugar indicado. Y unos largos minutos después Lisange supo a que se refería Lucían con “Nunca viajan solos”
Lobos. Enormes lobos viajaban con ellos.
-Por fin algo de diversión- dijo Jace
Pero Lisange estaba paralizada. Nunca en su vida habia visto animales tan grandes.
-¿Lis?- pregunto Alexander
-No me puedo mover-
-¿Qué? ¿Por qué?-
-Los lobos, son enormes… como voy a luchar con algo asi, ¿Ya le viste los dientes?-
Alexander empezaba a pensar que el punto débil de Lisange era los animales grandes. Nunca la había visto asi.
Ni siquiera se puso asi, cuando descubrió que era un vampiro, ni cuando vio a Liam que era un Nefesht.
¿Y no podía con unos perritos mutantes?
-Lis…-
-Golpéame- dijo de repente
-¿Qué?-
-Golpéame, enserio no puedo moverme-
-No te voy a golpear-
-Alexander no puedo luchar asi, tengo que distraerme en algo de verdad tengo que mirar a otro lado que no sean sus mandíbulas-
-No te voy a golpear-
-Maldita sea …-empezaba a decir Lisange cuando sintió el puñetazo en su abdomen
Jace se había decidido a sacar a Lisange de su transe.
Alexander se estremeció. Nunca en su vida pensó ver a Lis siendo golpeada y qe su atacante viva para contarlo.
-Gracias, pero si hubiera sido me nos fuerte estaría genial- dijo Lisange respirando entrecortadamente
-Vamos, hermanita piensa que es Ace-
-Ace no tiene unos dientes asi, pero supongo que no me puedo quedar aquí-
-Por supuesto que no-
Lisange saco su espada, que últimamente viajaba con ella en una linda funda colgada en su espalda.
Le horrorizaba la idea de estar cerca de ellos. Pero eran muchos. Mínimo eran cinco para cada quien.
Lisange respiro tres veces y corrió hacia su primer lobo.
Cuando el animal la vio venir, le gruño. El gruñido fue tan fuerte que Lisange penso en retroceder. Pero ya estaba muy cerca.
Blandió su espada, apuntando directamente a su cuello.
Acertó. Pero segundo después otro más se encaminaba hacia ella.
Nunca veré de la misma forma a los lobos del zoológico. Pensó Lisange

Jace estaba disfrutando de lo lindo la lucha. De verdad que la necesitaba.
Ningún perrito era problema para el.
Un menos.
Dos menos.
Tres menos.
Su espada se había convertido en su mejor amiga, desde que supo cómo usarla.
-Vamos perritos, tengo algo para ustedes-
Jace siguió peleando. Cuando algo lo distrajo.
Su padre, tenía a cinco lobos encima y miraba preocupado hacia un lugar.
Jace siguió su mirada. Y vio a un lobo morder el brazo de Beth y como otros dos se encaminaban hacia ella.
También la escucho maldecir.
Jace miro a todos lados, buscando a Lucían, seguro que el iba ha hacer algo.
Pero Lucian no estaba. O por lo menos no lo veía por ningún lado.
No lo pensó más de un segundo.
Corrió con su madre desasiéndose de los lobos, que la mordían.
-¿Estas bien?- pregunto Jace preocupado
Beth sentía un poco de dolor. Los lobos habían arrancado algunos pedazos de carne. Pero ella era un Nefesth, aunque la herida se viera horrible, en realidad no era nada de que preocuparse.
Lo que le importaba en ese momento era que Jace, la había ayudado.
Se preocupaba por ella.
-Si, no te preocupes-
-¿Segura?, Esa herida se ve mal-
-Si estoy bien, vamos a seguir acabando con estos perros-
-¿Qué?, tienes el brazo destrozado, tu no peleas, yo te cubro-
Lo único que quería Beth era abrazar a su hijo. Pero debido a las circunstancias, no era buen momento.
-Si eso quieres..-
Jace la miro.
Y por primera vez, desde que ella lo había rechazado la miro como su madre.